Quintana el Sueño Amarillo el Tour y algo para meditar.
Todos aquellos que hemos tenido el placer de
ponernos un numero y pararnos en la línea de salida de una carrera por
etapas, hemos alcanzado el PRIVILEGIO de saber lo que es la pasión, el
dolor y la gloria en un deporte por el cual pasan muchos pero llegan
pocos. La exigencia física del cuerpo humano es llevada a lugares
incomprendidos, especialmente por aquellos que no tienen la más remota
idea de lo que es el día tras día pedaleando horas tras horas, para
alcanzar una meta.
Héroes se construyen y destruyen especialmente por los aficionados en
segundos, sin detenerse a pensar por un minuto en el sufrimiento y la
agonía de no poder alcanzar, por lo cual se ha trabajado a conciencia
por períodos largos de enteramientos, con sufrimientos en ocasiones
hasta con gotas de sangre. En la gran mayoría de los casos la línea por
la cual camínanos, entre estar en una optima salud y caer en enfermedad
es tan delgada, que un mínimo esfuerzo sin quererlo nos cruza al lugar
equivocado.
El ciclista es un guerrero, al cual no se le debe juzgar por desfallecer
cuando el deseo de un aficionado no es cumplido, su única lanza es su
bici, la cual emana un sin número de adrenalina para continuar en esta
guerra de los pedales. Si hoy no podernos culminar por cualquier
circunstancia en el presente, siempre habrá un futuro para continuar con
la lucha, todos aquellos que han roto las fronteras de su países para
buscar nuevos horizontes en tierras lejanas nunca se vencen, el ejemplo
más claro para el ciclismo suramericano es Nairo Quintana, alcanzando lo
que ningún otro hombre ha hecho en la historia del continente
latinoamericano en nuestro deporte, más de un siglo ha pasado, y aunque
es en un hombre bajo de estatura, nadie pude inclinar la mirar a sus
ojos o encararlo frente a frente para insinuar que no tiene el valor
necesario para luchar con el gigante más grande que le pongan en el
camino.
Encuentro totalmente inapropiado, todos los comentarios mal
intencionados, especialmente por personas que han sufrido encima de un
bici, porque saben de lo que estoy hablando; en algunos casos es pasable
y tolerable por parte de aquellos que NO tienen dichas vivencias,
simplemente por la falta de conocimiento. La idea es de que mediten al
respecto y entiendan un poco más a fondo, que el mundo de un ciclista es
totalmente diferente y no se compara a ningún otro tipo de atleta, donde
la impotencia y la desesperación son tan grandes que si dejas de
pedalear te quedas; si te caes, te quedas; una falla mecánica y te
quedas; una enfermedad y te quedas. El verdadero ciclista nunca desea
quedase y todos aquellos que han cosechado tantos triunfos como el
cóndor colombiano JAMÁS SE QUIERE QUEDAR.